El comercio ilícito es uno de los problemas más grandes de Europa. De hecho, según reporta la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), los gobiernos de la UE pierden más de 56.000 millones de euros al año.
Y si bien todas las industrias son afectadas por el comercio ilícito, un reciente informe de la Comisión Europea revela que los cigarrillos son los productos más contrabandeados por excelencia. De hecho, según reporta Philip Morris en su blog Stop Illegal, 22,6 mil millones de cigarros ilegales entran a la Unión Europea.
Lo que es más, los vastos tramos de fronteras que conectan Europa con Asia y Oriente Medio hacen que detener esta actividad ilícita sea un reto. Sin embargo, las agencias de control fronterizo de Europa han reportado buenos resultados este año y cuentan con el apoyo de empresas innovadoras que buscan crear nuevas tecnologías para ayudarlos en su tarea.
En este sentido, la tecnología de rayos X ha demostrado ser una herramienta particularmente poderosa que permite detectar mercancías de contrabando a una escala sin precedentes. Y según Stop Illegal, que habló con Vytautas Vitkauskas, CEO y fundador de INTA, esta es la clave para combatir el comercio ilícito de una vez y por todas.
“Tradicionalmente, los contrabandistas han podido aprovechar el hecho de que es imposible inspeccionar cada centímetro cuadrado de un automóvil, avión o barco a mano, pero los rayos X nos permiten tener una visión clara de todo lo que hay dentro de un espacio de forma instantánea. Incluso si algo está oculto, podemos detectar irregularidades, y luego sabemos en qué áreas buscar,” explica Vitkauskas.
“Sin duda está mejorando nuestra velocidad y precisión para encontrar productos de contrabando.”
De todos modos, el ejecutivo señala las nuevas tecnologías ayudan, pero el componente humano juega un papel fundamental. En primer lugar, porque cualquier actividad requiere de personal con la correcta capitación, y en segundo porque quienes llevan a cabo tareas de enforcement tienen que estar comprometidas, reduciendo así el riesgo de sobornos.
“Debemos incentivar a las personas para que detengan el comercio ilícito. Esto necesita ser una prioridad,” concluye.