La venta callejera es un problema importante para la industria del consumo, en especial para marcas de lujo que ven sus productos falsificados y vendidos de forma ilícita y sin ningún tipo de control. Pero más allá de las marcas, es también un problema que afecta a los minoristas y comerciantes.
De hecho, según el más reciente reporte de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM), los comercios de la ciudad de Madrid pierden hasta 157 millones de euros al año por la venta ilegal de productos falsificados, lo que serían más de 172 millones de dólares y unos 1.400 empleos al año.
Mientras tanto, a nivel país, el gobierno español ve sus recaudaciones por IVA en la capital disminuidas en hasta 25 millones de euros (27millones de dólares). En el caso del IRPF la cifra ronda los 2,5 millones de euros (US$ 2.7 millones).
Por otro lado, los productos más adquiridos incluyen bolsos, ropa, música, películas y complementos. El gasto medio realizado en cada compra oscila entre los 8 y los 25 euros (9 & 27 dólares).
Sin embargo, el gobierno español ha tomado acciones contra esta problemática. En setiembre, por ejemplo, el Ayuntamiento de Madrid puso en marcha un nuevo protocolo de actuación y más personal dedicado a tareas de vigilancia, lo cual resultó en la incautación de 8.000 falsificaciones durante el mes.
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