Hace unos meses reportábamos que Ariana Grande había presentado una demanda de más de 10 millones de dólares contra Forever 21 por publicar “al menos 30 imágenes y videos no autorizados que se apropiaron indebidamente [su] nombre, imagen, semejanza y música” y contratar una modelo de apariencia similar para “crear la percepción de que [Grande] respaldaba los productos” sin pagarle por participar en una campaña de marketing.
Inmediatamente después Forever 21 se declaró en quiebra, como se rumoreaba, y nada se supo del caso hasta ahora. Ahora, con estos procedimientos legales en curso, Forever 21 solicitó que se suspendiera la demanda de infracción de marca registrada y derechos de autor presentada por Grande y finalmente se ha confirmado una suspensión automática, emitiendo una orden para que el caso se ponga en pausa.
Sin embargo, el caso no termina ahí. Según han opinado muchos expertos el hecho de que Forever 21 se haya declarado en bancarrota hace que la cantante se convierta “en un acreedor ordinario de la marca” y por lo tanto debería participar en el proceso de bancarrota y esencialmente, figurar como uno de los tantos acreedores a los que la marca no ha podido pagar. Esto incluye empleados y proveedores de servicios.
En este sentido, la corte tendrá que determinar lo que realmente se le debe a Grande suponiendo que Forever 21 sea, de hecho, responsable de lo que es acusada. Esto no quita que se llegue a un acuerdo entre las partes, lo cual es común en casos de este tipo de casos, aunque todo depende ahora de los procedimientos de bancarrota.
Al momento, Forever 21 aseguró que cerrará 60 tiendas menos de lo que inicialmente había anunciado – llevando el total a 118. Por otro lado, planea cerrar las 100 tiendas de su rama de belleza Riley Rose a medida que continúa encontrando formas de reducir costos y potencialmente escapar los procedimientos de bancarrota.