Una investigación realizada por Celsa Ramírez, fiscal de la ciudad de Buenos Aires, trazó el camino que recorre la indumentaria ilícita que ingresa a Argentina y es luego puesta a la venta del público en diferentes puntos del país, incluyendo las redes sociales.
Según señala Infobae, citando el informe de la fiscal Ramírez, el origen de la ropa falsificada es China, de donde parten los containers que luego son ingresados de manera ilegan en el puerto, así como también de Brasil, donde se elaboran en galpones usurpados y se envían luego a Argentina, vía Misiones.
Según los datos recopilados por Infobae de distintos expedientes, la ropa falsificada que proviene de Brasil se confecciona en fábricas ubicadas en dos ciudades que limitan con la provincia de Misiones: Santo Antonio y Dionisio Cerqueira. La elaboración de los productos se torna ilegal una vez se les coloca el logo de las principales marcas del mercado.
El método de ingreso a Argentina vía Misiones es llamativo: las organizaciones criminales han adquirido predios que atraviesan la frontera -la mitad está en Argentina y la otra en Brasil- lo que hace el tráfico de mercadería mucho más sencillo para ellos.
Las mercaderías ilegales son almacenadas en grandes galpones de ciudades cercanas -aunque hay ejemplos de otras localidades más lejanas- y luego emprende su viaje hacia la Ciudad de Buenos Aires. El método de transporte más común son los ómnibus, en cantidades pequeñas, comparadas con lo que se falsifica, para evitar atraer la atención de las autoridades.
Ya en la capital argentina, la ropa se pone a la venta en puestos callejeros o, de forma más alarmante, mediante las redes sociales, con promociones pagas que han llegado a involucrar a reconocidas figuras o influencers locales. Un caso destacado de este último tipo fue el de Importado Baires, una tienda de ropa falsificada que llegó a contar con la publicidad en redes de futbolistas y cantantes.
El impacto del contrabando también cobra como víctimas a los empleados de los galpones donde se produce y esconde la mercadería falsa, con empleados, la mayoría extranjeros en Argentina, trabajando en pésimas condiciones.
Fuente: Infobae.com