Estas últimas semanas, Google ha estado al frente de un escándalo de derechos de autor en Francia luego de que se revelara que no estaba pagando las tarifas de copyright establecidas por la nueva y controversial Directiva de derechos de autor aprobada por la UE.
La Directiva, diseñada para homogeneizar las leyes de derecho de autor dispares en toda la UE, contiene dos directivas que afectan de forma directa a plataformas como Google, YouTube, Facebook, Twitter y más.
La primera, es que ahora estos sitios deberían obtener permisos y pagar tarifas de copyright al presentar fragmentos de contenidos noticiosos – en un intento por beneficiar a los editores tradicionales de contenido –, mientras que la segunda les exige un monitoreo más exhaustivo de potenciales violaciones a los derechos de autor de los editores o, de lo contrario, ellos sería considerados como los responsables.
Muchos de los diarios y compañías de entretenimiento más grandes de Europa apoyaron la nueva Directiva, ya que esencialmente equivale a recibir dinero cada vez que Google muestra algo más que un link a contenido producido por ellos. En este sentido, Francia fue el primer país del bloque europeo en implementar las normas a nivel nacional.
Sin embargo, Google ha declarado que no pagará las tarifas de copyright que requiere la ley, sino que cambiará el modo en que presenta las noticias en su índice de búsqueda, mostrando enlaces y extractos “muy cortos” que no irían en contra de la Directiva.
Según imágenes de Google que fueron dadas en exclusiva a Search Engine Land, la nueva página de búsqueda aparecería sin bajadas e imágenes, casi como páginas que no se han cargado por completo.
En el mismo blog de Google, el VP de Noticias, Richard Gingras, defendió la decisión de la compañía explicando que “los usuarios confían en Google para ayudarles a encontrar información útil […] y para mantener esta confianza, los resultados de búsqueda deben determinarse por relevancia, no por asociaciones comerciales.”
Es por eso que Google no acepta dinero a cambio de aparecer en los resultados de búsqueda. “Vendemos anuncios, no resultados de búsqueda, y cada anuncio de Google está claramente marcado. Por eso tampoco pagamos a los editores cuando las personas hacen clic en sus enlaces en un resultado de búsqueda.”
“Operar de cualquier otra manera reduciría la elección y la relevancia para nuestros usuarios, y resultaría en la pérdida de su confianza en nuestros servicios,” continúa Gingras. “Al mismo tiempo colaboramos […] para proporcionar valor a los editores y periodistas de todo el mundo a través de muchas maneras, incluyendo Google Search y Google News, que ayudan a las personas a encontrar y acceder al contenido de noticias y nos permite enviar grandes cantidades de tráfico a los editores.”
Con esto en mente, Google ahora pedirá a los editores franceses que opten por participar si desean que su contenido sea mostrado de forma más extensa en cualquiera de los servicios de la compañía. En esencia, una especie de renuncia a sus derechos de autor.
Y este enfoque de Google no es nuevo. Ya había sucedido algo similar en España y Alemania y los editores de contenido no tuvieron más remedio que “optar por participar” ante la reducción significativa en el tráfico de búsqueda debido a la perdida de fragmentos e imágenes.
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