El conflicto entre AM General, fabricante de los icónicos Humvee, y Activision, compañía que produce los populares videojuegos Call of Duty comenzó en el 2017 cuando AM General demandó a Activision por la inclusión del vehículo militar en los videojuegos.
Desde entonces el conflicto continúa, pero ahora Activision está tratando de que el caso sea descartado al presentarlo como «nada más y nada menos que un ataque directo a la Primera Enmienda».
En el documento que Activision presentó ante la corte, la compañía acusa a AM General de intentar utilizar la ley de marcas registradas para controlar la manera en que los vehículos son representados en el juego y, por ende, viola el derecho otorgado por la Primera Enmienda de los EEUU de producir trabajos creativos que representen de manera realista la guerra contemporánea.
«Utilizar los derechos de marca para restringir el contenido de obras expresivas es peligroso en cualquier circunstancia. Pero el reclamo en este caso es particularmente grave porque involucra un vehículo militar de los Estados Unidos pagado por los contribuyentes y desplegado en todos los conflictos militares importantes durante las últimas tres décadas,» lee el texto.
«Como tales, los Humvees son un elemento fijo de los militares estadounidenses modernos y una parte lógica de cualquier intento de contar una historia auténtica sobre la guerra moderna. Los Humvees también tienen un significado cultural e histórico que no tiene absolutamente nada que ver con AMG o su proceso de fabricación.»
AM General LLC (AMG) es un contratista del gobierno norteamericano, mientras que está acompañada por Major League Gaming Corp., una organización profesional de eSports.
Por su parte AMG se mostró en desacuerdo y argumentó que su caso se basa en el uso no autorizado de la marca y el hecho de que esto significa una infracción voluntaria con la intención de obtener un beneficio sustancial.
«Activision ha ganado miles de millones de dólares gracias al uso de los icónicos vehículos de AM General y su distintiva imagen comercial en ocho videojuegos de Call of Duty, además de en numerosos anuncios, dos juguetes y varias guías de estrategia,» contraataca la compañía.
«Activision no buscó ni obtuvo el permiso de AM General para hacerlo. La conducta de Activision constituye, entre otras cosas, una infracción de marca comercial y de imagen comercial en virtud de la Ley Lanham.»
Por el momento, el caso aguarda una determinación judicial, pero sea cual sea el fallo, este podría tener grandes ramificaciones no solo para la industria de los videojuegos, sino también para la televisión y el cine.