El consumo de mercadería pirata en el Reino Unido y su impacto en la economía del país ha sido el foco principal del más reciente informe de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCED), y los resultados indican que las perdidas son multimillonarias, con hasta 14,4 mil millones de dólares (11 mil millones de libras) en perdidas calculadas durante el 2016.
Esto se traduce a una pérdida de al menos 86.300 empleos durante el 2016 comparados con los 60.000 registrados en el 2013. En total, esto representa el 1.4% de los empleados trabajando a tiempo completo en el país.
En materia de importaciones la OCED reveló que se importaron al Reino Unido productos falsificados o infractores por un valor de US$ 17,6 mil millones, en gran parte provenientes de la China. De ese total, las prendas y accesorios falsos estaban valuadas en US$ 3.11 mil millones.
De hecho, los artículos de moda – en especial marcas de lujo – han sido los más falsificados y los más comprados por consumidores. Por ejemplo, las ventas de relojes y joyas falsificadas o infractoras, como los relojes Rolex y piezas de Tiffany & Co., ascendieron a casi US$ 2 mil millones del total. Los productos electrónicos también compiten con moda por el primer puesto.
Los datos de la OCDE reflejan los de la International Trademark Association, que recientemente descubrió que los dos productos piratas más comprados entre los jóvenes son prendas de vestir y accesorios, compras hechas de forma voluntaria y motivadas por el hecho de que “sienten que no pueden permitirse el estilo de vida que desean.”
Por su parte, la OCDE descubrió que la mayor parte de las compras de productos de lujo falsos no ocurren por casualidad o por error, sino que casi el 60% de estas fueron realizadas de forma intencional por consumidores que sabían que estaban comprando productos piratas.
Esto es un dato revelador ya que indica que incluso si las marcas aumentan sus esfuerzos para reducir el suministro de falsificaciones, queda un desafío considerable: contrarrestar la demanda de los consumidores. Y también disuadirlos de realizar dichas compras.
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