La Universidad de Miami albergó, durante el miércoles 13 y el jueves 14 de julio, la edición 2022 del Concordia Americas Summit, un evento regional que presentó una nutrida agenda temática, con paneles compuestos por líderes de los sectores públicos y privadas, presentes para discutir, entre otros, sobre salud, innovación, inversión, sostenibilidad, equidad y seguridad nacional.
El evento de dos días abrió con las palabras de Carmen Castillo, presidenta y CEO de SDI International Corp, y contó con keynotes de Eduardo Padrón, presidente emérito del Miami Dade College, del presidente ecuatoriano Guillermo Laso y del mayor de Miami, Francis Suárez. Durante esta jornada también se realizó la entrega del 2022 Concordia Leadership Award al presidente de Colombia, Iván Duque Márquez.
Los paneles que presentó el evento profundizaron sobre temáticas como la situación de los migrantes y refugiados en América Latina, los avances en Occidente en materia de sustentabilidad, el impacto pasado y presente del Covid-19, la importancia de la equidad de género en la política, la cooperación regional en el desarrollo económico, el rol del deporte en la educación de los jóvenes, la crisis de la salud mental, el futuro de la democracia en América Latina y la influencia de China en Sudamérica.
En materia de Zonas de Libre Comercio (ZLC), el Concordia Americas Summit realizó un panel titulado «Diálogo Regional sobre Zonas Francas, lavado de dinero basado en el comercio y seguridad portuaria», con la moderación de David Luna, director ejecutivo en la International Coalition Against Illicit Economies, y las partipaciones de Steve Francis, director adjunto ejecutivo interino de Homeland Security Investigations (EEUU), Janio Rosales, ministro de Economía de Guatemala, Chad Wolf, presidente de Wolf Global Advisors y exsecretario de Homeland Security (EEUU), Gregoire Verdeaux, Vicepresidente Senior de Asuntos Externos para Philip Morris International (PMI), Gastón Schulmeister, director del Departamento Contra el Crimen Organizado Transnacional en la OEA, Anthony Zook, director ejecutivo interino de Integridad de Producto en Merck & Co. (MSD), y Ana Linda Solano, experta en crimen organizado y corrupción, hoy consultora en Eurosocial+.
Más allá de su foco en las ZLC, los panelistas intercambiaron experiencias y opiniones sobre el impacto del comercio ilícito, la necesidad de una mayor y mejor cooperación entre países y, al mismo tiempo, entre el sector público y el privado el rol de la corrupción en el fomento de este flagelo, y lo imperativo que resulta educar a los consumidores acerca de las consecuencias de los productos falsificados y de contrabando.
El ministro Rosales subrayó los resultados obtenidos en Guatemala tras la creación del Coincon (el Consejo Interinstitucional para la Prevención, Combate a la Defraudación Fiscal y al Contrabando Aduanero), pero resaltó que para lograr aún más se debe «trabajar de manera más integrada con los otros países de Centroamérica».
«Tenemos que enfrentar estos desafíos de una manera más coordinada», afirmó, con planes que superen los periodos que los gobiernos tienen en el poder: «La mayoría de nuestros gobiernos tienen periodos de cuatro o cinco años, pero los planes deben ser de 15 años y para construir confianza se necesita tiempo».
Ana Linda Solano, por su parte, llamó a «entender» a la región, donde «los problemas que tenemos con las ZLC no son iguales» a los de Europa. «Las vulnerabilidades son diferentes y en nuestra región superan a las ZLC, pasan en muchas áreas», explicó.
«La pelea está en todo el ecosistema económico que hay alrededor», señaló. «Decimos que todos los crímenes están relacionados, pero ¿cómo se puede traducir eso en un entendimiento más holístico del problema? En América Latina nos falta, no solo analytics, sino también capacidad de análisis para entender la amenaza y traducir eso a un nivel estratégico».
«Tenemos que compartir inteligencia y todo lo que podamos con la intención de crear, un grupo de trabajo transnacional mediante el cual podamos trabajar como un uno», afirmó Solano.
El trabajo que las empresas privadas cumplen en esa investigación, en ese análisis de información, fue elogiado por Steve Francis: «Nos encanta cuando la investigación es tan buena que la podemos aceptar como si viniera en una bandeja de plata», bromeó el miembro de Homeland Security.
«La asociación entre públicos y privados es clave para lograr resultados. El sector privado puede innovar, proveer tecnología que respalde el trabaje público de investigación y prosecution», agregó Chad Wolf.
«Si pensamos en las investigaciones, el Covid-19 trajo una cantidad de desafíos únicos porque llevó a muchas personas a aumentar sus compras en las plataformas de ecommerce, incluso en materia de medicinas», comentó Anthony Zook de Merck. «Muchas otras farmacéuticas sufren lo mismo y compartimos nuestras tácticas con nuestros colegas, porque nos permite consolidar inteligencia sobre malos actores y actuar como un colectivo».
Grégoire Verdeaux compartió la experiencia de Philip Morris International: «PMI está muy comprometido en luchar contra el comercio ilícito. Tenemos un problema en América Latina en particular, y quiero hacer foco en la Zona Libre de Colón. Tenemos que entender el volumen del problema: ocho mil millones de cigarrillos ilegales pasan por Panamá cada año, la mayoría provenientes de China. Muchas de las economías de la región necesitan esos impuestos que son evadidos».
«La clave es el cumplimiento de la ley, recalcó Verdeaux. «En Panamá se adoptaron resoluciones, pero solo fueron parcialmente puestas en práctica.
El sector privado también tiene que tomar medidas y la innovación es parte de la respuesta. Este es el caso de PMI que está dejando atrás los cigarrillos reemplazándolos por alternativa libres de humo. KPMG ha reportado recientemente que el consumo de cigarrillos ilegales se ha reducido en distintas partes del mundo, y este declive sucede en países donde coincide con un crecimiento de alternativas libres de humo». Por lo tanto, la innovación es parte de una respuesta de las propias empresas, haciendo que nuestros productos sean mejores y, francamente, más difíciles de traficar.
Otro gran problema para la región es la corrupción, y sobre esto hizo hincapié Gastón Schulmeister de la OEA: «El crimen organizado necesita corrupción y la corrupción necesita al crimen organizado. Por eso es tan difícil combatirlo. El crimen organizado tiene un gran poder para adaptarse a nuevas situaciones, como lo vimos durante la pandemia. Tráfico humano, tráfico de drogas o minería ilegal requieren corrupción a diferentes niveles. Hay que trabajar en la prevención, promover valores en nuestros oficiales y autoridades, pero también mecanismos de control, vigilancia y monitoreo».
Todos los panelistas concordaron con que la educación de los consumidores es fundamental para minimizar el impacto del comercio ilícito: «Tenemos que ser mucho mejores, más proactivos, al educar al público sobre comercio ilícito», señaló Francis.
La innovación fue el tema central del panel «Transformación de la industria: una necesidad para la colaboración público-privada en América Latina», que se realizó el día jueves con la moderación de Germán Alcayde, executive chairman de Atlantic Business Consulting. Del panel participaron Gregoire Verdeaux (PMI), H. E. Laura Chinchilla, vicepresidenta del Club de Madrid de la World Leadership Alliance, y José Ignacio Paliza, ministro administrativo de la Presidencia de República Dominicana.
Verdeaux detalló cifras sobre la transformación «necesaria» que debe tener la industria del tabaco para brindar un producto alternativo a los 1.000 millones de adultos fumadores que se estima no dejarán de fumar. «La industria del tabaco tiene que cambiar», aseguró. «Hay adultos que no dejarán de fumar, pero podemos presentarles algo que sea menos dañino».
El ejecutivo de PMI comentó como la multinacional ha trabajado en «remover la combustión» del consumo de la nicotina, porque la «mayoría de los componentes que causan daños y generan peligros a la salud» vienen por el humo. «Los productos que eliminan la combustión son alternativas menos dañinas que el continuar fumando», afirmó. «En Japón, el número de fumadores de cigarrillos se ha reducido en 44% durante los últimos 5 años. Tenemos la esperanza de que la combustión en cigarrillos desaparezca en muchos países para 2030».
La innovación es necesaria y requiere de creatividad, como destacó José Ignacio Paliza citando como ejemplo la decisión del gobierno dominicano de ofrecer a los turistas un «seguro de Covid-19» durante la pandemia: «Fuimos el único país en hacer eso durante la pandemia y así pudimos asegurar la salud de nuestra gente y, al mismo tiempo, abrir nuestras fronteras y tener funcionando al principal motor de nuestra economía, que es el turismo, funcionando».
República Dominicana se ha vuelto un faro para la región con una economía en crecimiento que se anticipa será superior al 6% durante este 2022. «Estamos rompiendo nuestros récords y recibiendo más turistas que nunca. Esto es porque aceptamos los desafíos y tuvimos la capacidad de responder con políticas públicas y privadas de manera exitosa», señaló el líder político.
En materia de desafíos, Laura Chinchilla apuntó que la región debe establecer prioridades, a corto y largo plazo, líneas estratégicas inspiradas por el gobierno, pero en consulta con el sector privado. «El pragmatismo debe ser importante, debemos poner de lado las preocupaciones ideológicas y actuar como lo han hecho República Dominicana, Panamá, Uruguay y Chile, por nombrar algunos países donde encontramos buenos ejemplos», señaló.
Chinchilla lamentó el impacto de la pandemia en la educación de los niños de la región -«el 40% de los niños en América Latina fueron totalmente desconectados de nuestras escuelas», explicó- y aseguró que hay tres brechas que América Latina debe buscar cerrar: la económica, la tecnológica y la de género.
Otro panel destacado del segundo día del evento tuvo como foco el rol de la mujer como líder y mentora. La doctora Kari Kammel, directora asistente de A-CAPP, el Centro de Antifalsificación y Protección de Productos de la Universidad de Michigan State, moderó el panel titulado «Mujeres en la Seguridad Nacional: Aportes a la seguridad en los sectores público, privado y de la sociedad civil». Del mismo participaron Ana Linda Solano, Heather Fischer, senior advisor en materia de Crímenes de Derechos Humanos en Thomson Reuters Special Services, y Cecilia Pérez Rivas, ministra asesora en Asuntos de Seguridad ante la Presidencia de Paraguay.
El panel trabajó sobre dos ejes: los obstáculos que la sociedad pone frente a las mujeres para alcanzar roles de liderazgo en materia de seguridad nacional y la necesidad de que aquellas que lo logran trabajen para el crecimiento de las próximas generaciones de mujeres líderes.
«Muchas veces contar con una mujer es considerado algo que es obligatorio, pero eso no significa que todas las perspectivas de las mujeres estén representadas», explicó Solano. «Vivimos en un mundo que está diseñado considerando que la voz del hombre es la neutral. No consideramos las necesidades de las mujeres. Y esto aplica a la seguridad nacional. Los números no mienten: tratados de paz que tienen a mujeres como mediadoras logran resultados durante más tiempo. No tiene sentido que es más exitoso tener mujeres en tus grupos de trabajo, pero que esto no ocurra más seguido.».
«Lo que importa es la calidad de la representación. Necesitamos acceso, necesitamos llegar, pero cuando llegamos, necesitamos que sea un rol de calidad, que se nos escuche», agregó.
«La pregunta que nos hacen es siempre es si estos roles dan miedo. Sí, dan miedo, pero también le ocurre a los hombres y a ellos nadie les pregunta. Son posiciones difíciles, pensadas para hombres, pero que den miedo, no quiere decir que nos paralicen», concordó Cecilia Pérez.
Sobre el rol que las mujeres líderes deben tener, Heather Fischer aseguró que hay imposiciones sociales que obstaculizan lo que debería ser norma: la sororidad. «Hay una mentalidad de que solo hay un lugar en la mesa para mujeres líderes y esto ha generado enormes daños en los relacionamientos entre las mujeres, que sienten que otra les sacará ese lugar», lamentó. «Esto está cambiando y debe cambiar. La secretaría [Madeleine] Albright lo dijo bien: ‘Hay un lugar especial para las mujeres que no apoyan a otras mujeres’».
«En Colombia tienes mujeres en posiciones de poder y toma de decisiones; estoy muy orgullosa de lo que muchas de ellas han logrado», comentó Solano. «Pero es como que tenemos un impuesto extra para demostrar que somos lo suficientemente buenas para alcanzar esos puestos. Ese paso extra nos demuestra que no hemos llegado al lugar que debemos en la sociedad».
«La sororidad es algo muy importante, especialmente en América Latina donde es difícil llegar a estos lugares de liderazgo», acotó Pérez.
Además de los paneles, el evento permitió etapas de networking y charlas en mesas redondas que ampliaron las temáticas discutidas por las líderes presentes en Miami.