La ley de oro cuando lidiamos con marcas registradas es que deben estar en uso continuo para quedar protegidas bajo la ley. En el momento en que dejan de ser usadas, se pierden.
A simple vista, parece una condición sencilla, pero tener un marca en uso también significa tener la evidencia correcta que demuestre el uso de la marca registrada durante al menos cinco años; y esto no es tan sencillo.
Tomemos de ejemplo a McDonalds en Europa. La marca perdió el registro de su tradicional hamburguesa ‘Big Mac’ porque no tenían la evidencia correcta para probar el uso continuo de la marca registrada. Un resultado impactante, pero si bien McDonalds estaba usando la marca, no pudieron probarlo.
Y cuando las marcas operan online, esto se vuelve mucho más difícil. Con las marcas comerciales de productos, organismos como el Registro Federal de Marcas de los Estados Unidos, no aceptan el uso de una marca registrada si se trata de un simple anuncio. El consumidor debe poder comprar los bienes o servicios en su sitio.
Con esto en mente, el Registro Federal de Marcas encuentra que casi el 50% de las marcas comerciales no se utilizan, a pesar de tener declaraciones de uso presentadas.
Entonces, ¿qué es una prueba de uso adecuada? La prueba de uso es una prueba que muestra de forma clara y concisa el uso comercial de la marca en los productos identificados o en relación con los servicios en su registro.
Ejemplos de esto incluyen:
Copias de folletos o volantes donde se utiliza la marca para anunciar los servicios.
Fotografías de la marca en la tiendas o rótulos de restaurantes.
Fotografías de la marca en vehículos de servicio.
Capturas de pantalla de impresiones de sitios web donde la marca se utiliza en la venta o publicidad real de los servicios.
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