La casa de alta costura inglesa ha presentado una demanda por infracción de marca registrada a los operadores de una variedad de sitios de internet a los que acusa de vender productos falsificados de sus colecciones como si fueran genuinos.
Según los documentos legales presentados, Burberry alega que los falsificadores se valían de la “reputación y buena voluntad” generada por la marca para vender copias de sus productos, haciendo uso de varias de las marcas registradas por la compañía.
Estas copias estaban a la venta en sitios de comercio online diseñados para hacer creer a potenciales consumidores que “los productos a la venta eran productos Burberry originales, cuando en realidad lo que se vendía eran productos falsos a consumidores que no tenían conocimiento de ello”.
Además, la marca explica que estos sitios utilizaban tácticas de optimización en diferentes motores de búsqueda y redes sociales para aparecer como la primera opción y así alejar a los consumidores de una oferta genuina de productos Burberry, ya sea mediante la web oficial de la marca o mediante minoristas autorizados.
De este modo, Burberry ha solicitado medidas cautelares y compensación monetaria por daños causados por “la confusión del consumidor, la dilución y el empañamiento de sus valiosas marcas registradas”.
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