La Alianza para la creatividad y el entretenimiento (ACE) felicitó en un comunicado la labor realizada por la Policía Nacional y la Agencia Tributaria, ambas de España, por la operación conjunta realizada en Madrid que dio lugar a la desarticulación de una organización criminal internacional que vendía decodificadores para distribuir contenidos audiovisuales ilegalmente.
“ACE felicita a la Policía Nacional española y a Vigilancia Aduanera por el éxito alcanzado en Operación Kripton. Como en ocasiones anteriores, estamos encantados de haber apoyado a la Policía Nacional, a la que agradecemos su continúa colaboración. Así mismo, apreciamos el esfuerzo realizado por Vigilancia Aduanera, con la que esperamos tener la oportunidad de trabajar de forma más estrecha en el futuro. Esta operación es otro claro ejemplo del compromiso adquirido por ACE para proteger el ecosistema global legal de los contenidos creativos y reducir la piratería digital.”
Los dispositivos eran fabricados en China y enviados a un almacén de Madrid, desde donde se distribuían por paquetería a clientes finales o se exportaban al por mayor a otros países europeos donde eran vendidos por terceros.
La organización ofertaba los decodificadores a través de diferentes plataformas web y, además, contaba con un foro en Internet, al que tenían acceso los clientes, en el que explicaban la manera de configurar los dispositivos y desde el que ofrecían soporte técnico. Los agentes han detenido a seis personas y han intervenido 24.430 decodificadores, desconectando del servicio a 12.000 clientes.
El análisis de las cuentas bancarias de los investigados ha revelado unos ingresos derivados de la actividad ilícita de 1,2 millones de euros entre los años 2017 y 2021.
Los investigados ofertaban a través de diferentes plataformas web los decodificadores, previamente manipulados, a los cuales se les había instalado un software que permitía el acceso a diferentes plataformas audiovisuales libres o de pago
Con el avance de la investigación, los agentes identificaron los servidores en los que se almacenaban los contenidos ilegalmente ofertados o las claves/contraseñas que permitían acceder a ellos. Parte de ellos, resultaron estar ubicados en Alemania, Francia, Canadá y Reino Unido.
La organización contaba con un foro en Internet, al que tenían acceso los clientes, en el que se facilitaban el firmware y el software que permitía acceder a los contenidos. Asimismo, aportaban soporte técnico sobre el manejo de los equipos y explicaban los pasos a seguir para acceder a menús ocultos preinstalados que permitían la actividad ilegal.
Fuente: Interior.gob.es